AIRE FRESCO:

Crónicas de Mundos Oníricos: Viajes por Sudamérica

A través de un estudio sobre la historia y hábitat de los árboles nativos en el territorio sudamericano, desde la conquista hasta nuestros días, el proyecto Patio de la Casa es el resultado de una reflexión sobre la historia de los Palacios de Gobierno en Sudamérica y la escasa relación de sus patios con la flora nativa de sus Países. Concebido al inicio como una instalación exterior para la Bienal Sur de Buenos Aires 2021, el proyecto es una utopía botánica que busca transformar la etiqueta espacial de estos lugares, en su mayoría de ascendencia europea, en un jardín selvático de especies nativas. Por medio de representaciones gráficas se busca reinventar lo decorativo y solemne de la arquitectura exterior de los Palacios, ecos espaciales de los peristilos de la domus romana, donde se aprecian diversos estilos importados de Europa, tales como el barroco italiano, el neoclasicismo francés y el movimiento moderno, en espacios que generen un vínculo con la historia natural y cultural de sus territorios. Un bosque imaginario y primitivo donde los árboles cohabitan con el poder convirtiendo este nuevo paisaje nativo en un símbolo de unidad y futuro de cada País. La imágenes presentadas en la Bienal, poseen una fuerte influencia organicista , una perspectiva filosófica que ve el universo y sus partes como un todo orgánico y, por analogía o literalmente, como un organismo vivo. Los dibujos escenográficos de la Roma del siglo XVIII de Piranesi y del

del Infierno de Dante de Albert Dure, fueron imaginados en un principio como referencias para una reflexión que relaciona a los fantasmas de la historia política de los palacios y sus gobiernos con el crecimiento infinito y espiritual de su naturaleza. El resultado de estas exploraciones dan como resultado jardines antológicos que abren una puerta para imaginar gobiernos comprometidos con el medio ambiente y así acercar a los ciudadanos a símbolos renovados de poder, que cohabitan con su pasado traumático, sin tener que destruirlos para volver a empezar. La selección del proyecto para la Bienal fue una oportunidad para volver a Sudamérica después de 8 años viviendo en Milán y así viajar e investigar desde septiembre de

2021 la riqueza de muchos escenarios naturales del continente que pudiesen cohabitar con edificios gubernamentales de distintas latitudes y geográficas. Desde viajes a la selva valdiviana del Sur de Chile al descubrimiento de otros ecosistemas cambiantes como el bosque esclerófilo de la pre cordillera de Santiago, en todos se encuentran similitudes y analogías que me han permitido entender la importancia en la preservación de estos entornos naturales desde una perspectiva gubernamental aprendiendo a cohabitar con ellos.

Video Presentacion Proyecto Bienal Sur 2021

Atravesando las ondeadas de Aire fresco de estos planetas, donde escenarios verdes dan forma al territorio, una ducha de oxígeno y colores diseñan este bosque nativo chileno. En el libro “El Paraíso en el Nuevo Mundo”, escrito por el abogado Antonio de León Pinelo el año 1656 dedicó dos tomos enteros a demostrar que el Edén estaba en América. En el libro, incluyó un Mapa de America del Sur en que pueden verse, al centro, el jardín del Edén regado por el amazonas, y los ríos la plata, orinoco y magdalena. El Paraíso bíblico estuvo ubicado en América del Sur, en la parte que él llama la Ibérica Meridional, en los márgenes del Amazonas, y lo señala con absoluta exactitud en su detallado mapa del Paraíso, donde están presentes los árboles de la vida y del bien y del mal, así como el lugar donde se construyó el Arca de Noé y el punto de partida y dirección de su viaje. Describía una imaginario de paraísos que seguramente él nunca conoció pero que podia describir con exactitud sobre un tema bíblico y un lugar para dar razón a una verdad. Este proyecto se inspira en la idea de buscar y conocer esos paraísos.

El viaje me ha permitido también visitar algunas casas de gobierno como El Palacio de la La Moneda y La Casa Rosada, lugares difíciles de visitar debido a la pandemia y que me han permitido re imaginar como podrían transformarse estos patios a partir de la botánica y el análisis del espacio arquitectónico , desde una lógica de jardín antológico a comprender la geografía futura de  su territorio. Surgen preguntas más extensas y que se enfocan en una mayor sustentabilidad de los paisajes naturales en lo que refiere a cómo va a ser el clima y geografía de una capital metropolitana como Santiago en 100 años? cómo influye el bajo requerimiento hídrico y la necesidad de plantar árboles de la flora nativa de la zona en vez de árboles y plantas extranjeras.

El 2022 como parte del estudio de diferentes especies nativas, encontré realidades geográficas distintas en una especie que posee un fuerte simbolismo mitológico para diversas comunidades de pueblos originarios. Este el caso de la Araucaria Araucana que habita el Sur de Chile y Argentina y la Araucaria Angustifolia o Pino de Paraná que se encuentra en la provincia de Misiones y el Sur de Brasil. Visité diversos parques y reservas nacionales y en muchos de los alrededores de ellas se encontraban deforestaciones que hacen entender estos territorios aledaños como verdaderos mosaicos de árboles extranjeros como el pino y el eucaliptus en regiones geográficas muy distintas a su origen y adaptación.

Las experiencias de estas visitas en distintas estaciones del año vienen descritas y estudiadas para un entendimiento más certero de la naturaleza y sus cambios, como un organismo vivo que conecta diversos contextos y realidades geográficas y en donde la flora nativa de estos paraísos cumplen un rol fundamental. Fotos: Parque Conguillío, Región de la Araucanía, Chile)

Sin embargo, lo que sabemos sugiere que lo que hacen los árboles es esencial, aunque a menudo no es obvio. Hace décadas, Katsuhiko Matsunaga, químico marino de la Universidad de Hokkaido en Japón, descubrió que cuando las hojas de los árboles se descomponen, filtran ácidos al océano que ayudan a fertilizar el plancton. Cuando el plancton prospera, también lo hace el resto de la cadena alimentaria. En una campaña llamada Los bosques son amantes del mar, los pescadores han replantado bosques a lo largo de las costas y los ríos para recuperar las poblaciones de peces y ostras. Y han vuelto. Los árboles son los filtros de agua de la naturaleza, capaces de limpiar los desechos más tóxicos, incluidos explosivos, solventes y desechos orgánicos, en gran parte a través de una densa comunidad de microbios alrededor de las raíces del árbol que limpian el agua a cambio de nutrientes, un proceso conocido como fitorremediación. Las hojas de los árboles también filtran la contaminación del aire. Un estudio de 2008 realizado por investigadores de la Universidad de Columbia encontró que más árboles en los vecindarios urbanos se correlacionan con una menor incidencia de asma.

En Japón, los investigadores han estudiado durante mucho tiempo lo que llaman “baños de bosque”. Un paseo por el bosque, dicen, reduce el nivel de sustancias químicas del estrés en el cuerpo y aumenta las células asesinas naturales en el sistema inmunológico, que combaten los tumores y los virus. Los estudios en el interior de las ciudades muestran que la ansiedad, la depresión e incluso el crimen son menores en un entorno ajardinado.

“Why Trees Matter”, by Jim Robbins, New York Times, April 11, 2012